LA SOLIDARIDAD
La
solidaridad es uno de los principios básicos de la concepción cristiana de la
organización social y política, y constituye el fin y el motivo primario del
valor de la organización social. Su importancia es radical para el buen
desarrollo de una doctrina social sana, y es de singular interés para el
estudio del hombre en sociedad y de la sociedad misma.
La
solidaridad, por tanto, se desprende de la naturaleza misma de la persona
humana. El hombre, social por naturaleza, debe de llegar a ser, razonada su
sociabilidad, solidario por esa misma naturaleza. "La palabra solidaridad
reúne y expresa nuestras esperanzas plenas de inquietud, sirve de estímulo a la
fortaleza y el pensamiento, es símbolo de unión para hombres que hasta ayer
estaban alejados entre sí".
Así, el
cristianismo hace más completo el concepto de solidaridad, y lo convierte en
una ferviente entrega personal al bien del prójimo, porque el buen cristiano
sabe que está en la tierra para servir y no para ser servido.
Establezcamos,
pues, el concepto final de solidaridad, y sobre el cual vamos a tratar en los
siguientes puntos:
La
solidaridad es una relación entre seres humanos, derivada de la justicia,
fundamentada en la igualdad, enriquecida por la caridad, en la cual uno de
ellos toma por propias las cargas del otro y se responsabiliza junto con éste
de dichas cargas.
Y dicha
relación, entendida únicamente en el entorno del ser humano, puede llevarse a
cabo en tres niveles distintos, según se relacionen, respectivamente, un hombre
con otro, un hombre con su sociedad o una sociedad con otra.
La
solidaridad (…) se practica sin distinción de credo, sexo, raza, nacionalidad o
afiliación política. La finalidad sólo puede ser el ser humano necesitado.
Comprendemos que para que haya solidaridad se requieren dos personas: una
necesitada y otra solidaria. Pero el solo dar, o ayudar, no es lo más difícil.
La parte difícil comienza cuando se nos presenta el dilema de ayudar sin
recibir nada a cambio; de ayudar aunque nadie se entere, ni aún la persona a la
que ayudamos. Esto es: ser solidarios por una verdadera convicción de igualdad
y de justicia. Es difícil ser caritativos, solidarios, entregados, y ser, al
mismo tiempo, totalmente desinteresados.